Todos sabemos que la fórmula de la comunicación ha sido: “emisor+mensaje+medio+receptor” y hasta ahora, tanto el emisor y el receptor, comúnmente han sido personas. Sin embargo, ahora con la inminente llegada del “Internet de las Cosas” (IoT por sus siglas en inglés), los principales protagonistas de esta fórmula serán “cosas” que forman parte del conglomerado de organizaciones, industrias y servicios de nuestra vida cotidiana.
IoT no es más que un concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con internet, vía etiquetas, frecuencias de radio, sensores y chips, a través de las cuales serán identificados y gestionados, ya no por personas sino por otros equipos.
En esta nueva era, los objetos se comunicarán entre sí y ellos tomarán “pequeñas decisiones” y cambiará definitivamente en cómo hacemos todo ya que se interconectarán cosas físicas y virtuales y protagonizará la llamada “tercera revolución industrial” con impacto en la economía global.
En este proceso, la tecnología inalámbrica en telecomunicaciones y el espectro serán elementos esenciales. 5G, la quinta generación de la telefonía móvil y sucesora de la 4G, se encuentra en proceso de estandarización y desarrollo de los protocolos correspondientes para estar plenamente disponible en el 2020.
La tecnología LTE (Long Term Evolution), la siguiente de la 4G, es utilizada por teléfonos celulares inteligentes de alta gama, con una velocidad real de hasta 50 Gigabits por segundo, velocidades y recursos del tráfico de datos inimaginables.
Cabe señalar que el número de conexiones LTE llegó a 634.9 millones a marzo de 2015 en todo el mundo, un crecimiento de 151%, pero representan apenas el 9% del total. A nivel mundial se trabaja para limpiar y liberar espectro a fin de contar con la infraestructura necesaria para enfrentar la demanda que se generará para transitar de manera eficiente y rápida en la red de redes.