“Las miles de posibilidades que surgen al ser capaces de monitorear y controlar cosas en el mundo físico a través de dispositivos electrónicos han inspirado una oleada de innovación y entusiasmo», escribe McKinsey en un informe de junio de 2015 llamado: “The Internet of Things: Mapping the Value Beyond the Hype” (El Internet de las Cosas: Mapeo del valor más allá del despliegue publicitario).
El informe analiza el potencial económico a largo plazo del IoT, y utiliza este análisis para estimar el valor económico de varias soluciones basadas en el IoT en el 2025. Teniendo en cuenta la amplitud y complejidad de las soluciones basadas en el IoT, cuantificar su valor potencial es muy difícil, sobre todo porque este tipo de soluciones inteligentes, – por ejemplo, las ciudades inteligentes, hogares inteligentes, la asistencia sanitaria inteligente, – todavía están en las primeras etapas de desarrollo.
El estudio de McKinsey introduce un enfoque innovador para la estimación del valor económico e impacto futuro del IoT. Además, identifica los factores clave necesarios para hacer realidad este valor y genera un amplio conjunto de conclusiones sobre la evolución probable del IoT a través del tiempo.
Valor económico basado en el entorno
El estudio se basa en un análisis cuidadoso de más de 150 aplicaciones concretas del IoT en toda la economía mundial, que incluye aplicaciones que ayudan a mejorar la productividad, ahorro de tiempo, una mejor utilización de los activos y reducción de accidentes.
Después de revisar los resultados del análisis, el estudio concluyó que observar el IoT solamente a través de aplicaciones para la industria o individuales era un enfoque equivocado. Por el contrario, el IoT debe ser visto a través del lente de “entornos” (el entorno físico en el que se despliegan estos diversos sistemas y aplicaciones) en donde se puede observar mucho mejor el valor completo de las aplicaciones, por ejemplo: empresas, gobierno, los consumidores y los trabajadores.
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Los nueve “entornos” identificados son los siguientes:
- Humano: Monitorear y promover la mejora de la salud, el bienestar, la aptitud y la productividad mediante dispositivos portátiles personales y aparatos.
- Inicio: Gestión de la energía, seguridad, protección, y la automatización de las tareas del hogar.
- Locales comerciales: Comprobación automatizada, optimización de diseño, atención al cliente, promociones en tiempo real personalizadas.
- Oficinas: Productividad organizacional y personal, capacitación, monitoreo de energía, seguridad del edificio.
- Fábricas: Producción y optimización de la cadena de suministro, control de calidad, mantenimiento preventivo, gestión de inventario, salud y seguridad.
- Los lugares de trabajo al aire libre: Optimización de operaciones personalizadas, mantenimiento de equipos, salud y seguridad, productividad del trabajador; incluye construcción, minería, exploración y producción de petróleo y gas.
- Vehículos: Mejora de la seguridad, de mantenimiento basado en el estado del vehículo, nuevos modelos de servicios y de negocios, comunicación y entretenimiento en el vehículo; incluye automóviles, camiones, barcos, aviones, trenes.
- Ciudades / Espacios citadinos: Gestión de la infraestructura, conservación del agua y energía, seguridad pública y de salud, control de tráfico, monitoreo ambiental, servicios de calidad de vida.
- Otros: Rutas logísticas, rastreo de envíos, optimización de operaciones, monitoreo de la navegación en tiempo real, vigilancia en las vías del tren.
McKinsey estima que el impacto económico total de las aplicaciones en estos nueve “entornos” puede ser de US$ 4 a US$11 trillones en el año 2025. La proyección se basa en la posible evolución de la tecnología en los próximos 10 años, las tasas de adopción del IoT, las tendencias económicas y demográficas, y varios otros factores.
La gama es tan amplia, porque en esta primera etapa en el desarrollo del IoT hay tantas incógnitas, incluidos los costos de la tecnología, la tasa de desarrollo y despliegue de estas soluciones de alta complejidad, su nivel de aceptación por parte de los consumidores y trabajadores, las políticas y regulaciones promulgadas por los gobiernos, y así sucesivamente. El mayor potencial económico se encuentra en las fábricas, seguido por las ciudades. La salud humana y el bienestar tiene un gran potencial también, sin embargo el estudio enfatiza que se requerirá cambios particularmente desafiantes en la estructura y en el comportamiento de los proveedores de atención a la salud, pacientes y todo el entorno que gira alrededor de este sector.
Con información de Pieria.co.uk
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