El 27 de agosto fue inusual para mí, mi nombre es Juan y como todos los días, me levanté a las 4:30 de la mañana, preparé mis cosas, me bañe, me tomé una taza de café y salí a buscar el bus que me llevara a mi lugar de trabajo. Llegué a la cuarta avenida y 12 calle de la zona 10, que es el lugar donde trabajo, el Hotel Real Intercontinental, aunque bueno, en realidad no trabajo directamente allí, sino en las afueras. Coloqué mi caja en el suelo e inicié mi jornada, a cada persona que pasaba de traje, le ofrecía mis servicios; lustrarles sus zapatos. Con la actitud positiva de siempre me acerque a la gente y algunos se frenaron para pedirme un lustre.
Lo curioso de ese momento, fue que conforme avanzaban las horas me daba cuenta que algunos locales no abrían, tampoco algunos restaurantes de los alrededores. En Cambio podía ver carteles que decían algo como #27A #YoEstoyPorGuate. No entendía muy bien a qué se refería, fue entonces cuando fui a buscar a algunos compañeros con los que trabajo cerca del Hotel y les pregunté si sabían que pasaba, porque no veía el mismo movimiento de todos los días y como les conté, varios lugares estaban cerrados.
No podía ver mi teléfono como en otras ocasiones porque se me arruinó y no he podido arreglarlo. Entre mis compañeros había tres que tenían celular, pero dos de ellos no habían podido ponerle redes. Así que Pancho, que era el único que había puesto una recarga de dos días, fue quien sacó su teléfono para revisar que estaba pasando.
Su pantalla tenía una mancha en una de las esquinas, lo que hacía que nos costara ver algunas cosas, sin embargo pudimos entrar a internet y leer noticias. Lo primero que vimos fueron unas fotos del exministro de gobernación, Mauricio López Bonilla, a quien ya habíamos visto antes en algunas publicaciones de la prensa que vendían otros amigos. En el teléfono decía que se estaba escapando, quien sabe si era así. Lo que nos asombró fue que horas después había un video que alguien le había tomado cuando llegó a República Dominicana. Para enterarnos más de lo que estaba pasando, seguimos buscando y encontramos noticias que decían que la gente se estaba movilizando para la Plaza de la Constitución para pedirle al Presidente que renunciara. En ese momento Pancho dijo que había visto en Facebook que la Vicepresidenta ya estaba presa y fue allí cuando entendí porque algunos de los vecinos del cuarto que alquilamos con mi mamá llevaban varios sábados yendo a manifestar al Palacio Nacional.
[gtmadsense id=»4169773646″]
En la plática Pedro, uno de mis compañeros preguntó, ¿Será que renuncia muchá? ¿Renunció otro Presidente antes?, entonces le pedí a Pancho que buscara eso en internet aprovechando que eran las últimas horas de redes que le quedaban.
Buscando, encontramos que ya varios habían pasado por algo parecido. Empezando por Mariano Rivera Paz quien en 1844 renunció al cargo por presiones políticas provenientes de Rafael Carrera. Luego Rafael Carrera el 15 de agosto de 1848, renuncia por la situación caótica que se vivía entre liberales y conservadores. Con esas palabras raras se leía en internet. Otro que renunció fue Juan Antonio Martínez, un 27 de noviembre del año 1848 debido a la guerra. Entre todo lo que leíamos vimos que Rafael Carrera asumió otra vez en el 51, y que el 14 de abril de 1865 había fallecido producto de un envenenamiento en sus alimentos con una infusión de raíz de chiltepe. Nos reímos al leer eso y pensamos, ¿Y si le hacemos otra infusión de esas a Otto Pérez Molina?, dejamos de molestar y seguimos investigando. Vicente Cerna fue derrocado el 30 de junio de 1881, pero eso de ser derrocado ya vimos que significaba otra cosa. Alejandro M. Sinibaldi también renunció en 1885 y a uno que le gustó el poder fue a Manuel Estrada Cabrera, quien estuvo más de 20 años en el puesto, pero al fin, lo derrocaron en abril de 1920. Palma fue derrocado también en 1930, y después Jorge Ubico renunció en 1944, luego de perpetuarse en el poder mediante elecciones fraudulentas y el apoyo de la United Fruit Company a la que le otorgó grandes concesiones. Entre ese bochinche ese mismo año fue derrocado Federico Ponce Vaides. Ya un poco más adelante en 1954 Jacobo Árbenz renunció por un golpe de Estado que protagonizó el gobierno de Estados Unidos. De allí paso bastante tiempo, y en 1982 despertaron con un golpe de Estado a Fernando Romeo Lucas propiciado por Efraín Ríos Montt, quien también fuera derrocado en 1983. Luego una cosa rara fue ya en la era democrática moderna, cuando Jorge Serrano Elías, quien se diera un autogolpe de Estado y que posteriormente fuera declarado inconstitucional, tuviera que huir a Panamá en 1993. Esas fueron algunas de las cosas que pudimos leer. A partir de allí ya conocemos un poco más todas las cosas que nos han hecho los presidentes que han pasado por el país, y no se miraba que la gente hiciera mucho más que sentarse en la mesa de su casa a comentar lo mal que la pasábamos.
Así fuimos viendo un poco nuestra historia política y nos detuvimos a pensar en lo está pasando ahora, con los mensajes en video de Pérez Molina que vimos en Facebook, en donde con un semblante frívolo pero a la vez inseguro, decía que no renunciaba, a pesar de todas esas manifestaciones e intentos de la gente por demostrar que ya estamos cansados de tanto daño que nos han causado a los que tenemos un trabajo, por informal que sea, pero que no podemos aspirar a crecer. No digamos a todos los que no tienen trabajo, no pueden estudiar o están enfermos.
Entre tanta chachala un señor se nos acercó pidiendo un lustre, nos separamos, le lustré los zapatos, sonriente me volteó a ver y me pregunto que estábamos viendo en el celular. Le conté que estábamos averiguando que era todo eso raro en el ambiente de las calles ese día, sonrió y me dijo, “lo que hace el internet y las redes sociales, tenemos que darle las gracias a esas herramientas, porque por ellas todos los guatemaltecos, incluyéndote estamos levantando la mirada, informándonos de todo lo que pasa, alzando una mano al cielo y exhalando más unidos que nunca un grito que dice, YO ESTOY POR GUATEMALA”. Terminé el lustre, le dije que eran 5 quetzales y me dio 10, seguido de eso me preguntó ¿Y vos, vas a ir a la Plaza de la Constitución? Me animé, les dije a mis compañeros y nos fuimos a manifestar frente al Palacio. Regresé a la noche con otra cara y con más fuerza, así que me puse a escribir estas líneas en un cuaderno que había en el cuarto.
A la mañana siguiente fui a un café internet y pedí favor que me ayudaran a subir esto al Facebook. Tengo que decir que Álvaro, que fue el que me escribió en la compu lo que llevaba, me cambió muchas palabras, porque me dijo que no se iba a leer muy bien, pero quería que al final de lo escrito se entendiera mi mensaje que es:
¡Vamos Guatemala, que unidos y con fuerza podemos lograr un mejor país!
Por GTMTecno.com
https://www.facebook.com/votarexigirdenunciar/photos/pb.1590021287926329.-2207520000.1440888307./1593273737601084/?type=3&theater