El juicio se inició la semana pasada y quedó establecido que Apple infringió esa propiedad intelectual que concierne a distintas formas de mejorar la eficacia y el rendimiento de procesadores informáticos.
En su denuncia, presentada a principios de 2014, la universidad aclara que esas tecnologías estaban integradas “de manera no autorizada” al procesador A7 del iPhone 5S, iPad Air y iPad Mini con pantalla Retina, a la venta desde el año anterior.
Apple intentó demostrar que la patente en cuestión era inválida, pero el jurado rechazó su argumento.
“El jurado reconoció el trabajo precursor sobre los procesadores que tuvo lugar en nuestro campus”, expresó en un comunicado Carl Gulbrandsen, quien dirige la fundación de investigación de la universidad (WARF), y saludó “una muy buena noticia para los inventores” y el reconocimiento del “trabajo duro” de los investigadores universitarios.
Por GTMTecno.com