Stephanie es el claro ejemplo de una mujer emprendedora que persigue sus metas con los objetivos muy claros y dispuesta a conquistar con su potente voz. Asegura que su disco más que una recopilación de canciones, es una inspiración para todo aquel que lo escuche y se embarque en su propio viaje en busca de alcanzar sus sueños.
¿Cuándo tomaste la decisión de dedicarte a la música?
La música siempre me ha gustado, pero no te voy a mentir y esto siempre lo digo, cuando uno es pequeño siempre sabe que quiere ser al crecer. Lo que pasa es que en el proceso, uno va tratando de seguir a la sociedad y a los estereotipos que nos impone la misma. Entonces muchas veces por encajar, dejamos de seguir esos sueños que teníamos de pequeños.
Yo empecé a cantar a los 3 años, por mi abuelito que fue mi inspiración y a los 9 años, que fue cuando falleció, inicié a estudiar clases de música con Angélica Rosa, pues eso me hacía sentir cerca de él. En ese entonces mi sueño era poder hacer música, con mucha gente. Ese objetivo en el camino, cambió, se convirtió en querer una academia de música, que fue cuando entraron los miedos. Yo sabía que quería ser cantante pero no me atrevía a decirlo. Sin embargo, luego de un tiempo haciendo cursos y preparándome fuera, me dije, yo lo que quiero es llevar mi música a la gente.
¿Cómo se superan los miedos y se deja atrás ese estereotipo de complacer a la sociedad?
El miedo te limita. El momento en que yo de verdad rompí esa barrera, fue cuando me permití empezar a vivir; pues empecé a buscar esas oportunidades que parecen imposibles, pero que no lo son.
¿Estás de acuerdo en que el estatus económico te facilita o complica las cosas?
Si, se vuelve complicado, pero no imposible. Para responder esto siempre traigo a colación una experiencia de vida. Cuando estaba en la universidad, conocí el programa de becas ITA, Impulso al Talento Académico; lo pude conocer gracias a mi mamá, que fue una de las fundadoras, entonces yo quería hacer un concierto para donar a alguna causa antes de graduarme, antes de irme. Al sentarme con algunos de estos jóvenes parte del programa y escuchar sus historias, fue una lección de vida. Investigando te das cuenta que muchos de ellos no tenían zapatos, tenían que ahorrar para poder comprar la comida de un día; condiciones muy duras. Lo satisfactorio de eso es que hoy en día esa misma persona tiene un doctorado de Harvard y trabaja en Nueva York. Quienes lograron eso, fue porque se liberaron del miedo y se atrevieron. Es muy fácil poner excusas, no tengo dinero, el país donde vivo, la gente no me apoya; pero si uno sueña y se está dispuesto a trabajar por ese ideal, con fe en Dios, las cosas pasan.
¿Cómo fue esa transición de dejar a tu familia e irte a Estados Unidos?
Uno pensaría en primera instancia, es difícil. Pero creo que siempre he tenido la bendición de tener el apoyo de mi familia, entonces eso, sumado a la emoción y convicción por esa nueva etapa, me hizo emprender mi viaje, que es como se llama mi disco, de otra manera.
¿Cómo ha sido tu experiencia en el extranjero?
De mucho aprendizaje. Soy una persona totalmente distinta a la que inició este viaje. Me topé con gente que dijo que nunca trabajaría conmigo y ahora hasta tenemos una gran amistad. Es un crecimiento constante.
¿Cómo nace el disco Viaje?
Llevo componiendo desde los 16 años, pero nunca lancé nada. Cuando tenía eventos, ahorraba lo que ganaba porque quería pagar mi primer disco y una pequeña parte de eso para hacer mis demos. Como cantautora creo que lo importante no es solo una canción, sino el mensaje. Y para entonces sentía que no tenía el mensaje que quería transmitirle a la gente. Estando allá y mientras leía el alquimista, me di cuenta que la vida era un viaje, la vida es la búsqueda del porqué de cada uno. Así fue como todo inició. Allá se dio todo, menos una canción que se llama Toca Esperar, que esa sí nació acá en Guatemala. Es una experiencia que en la vida voy a olvidar, como el primer amor.
¿Qué opinas de géneros como el reggaetón?
Yo respeto a cada artista, cada género, cada uno tiene sus propios retos. Creo que como compositor uno suele apegarse mucho a lo que uno escribe, al mensaje. Siempre rezo porque uno se mantenga fiel a su esencia. Eso no quiere decir que uno se cierre a la industria, pero debe encontrarse un balance.
¿Han sido de apoyo para ti las redes sociales?
Por supuesto, las redes sociales han abierto y les han dado una oportunidad a artistas independientes. Gracias a las redes, el internet y la tecnología en general una personas en España hoy puede comprar un disco mío, cosa que sin estas herramientas nunca hubiera pasado, nadie del otro lado se habría enterado de mi música.
¿Influyó la situación política en el país para los artistas?
Si influyó, en lo personal yo no estaba en el país cuando el pueblo se hizo notar. Pero incluso eso me inspiró a escribir una canción; porque fue muy lindo ver a todo un país unido, que muchas veces se separa, pero al final todos somos uno.
¿Qué viene para Stephanie Zelaya?
Estoy muy contenta porque estamos trabajando en el tercer video, seguiremos dándole promoción al disco y eventualmente trabajaremos en nuevas propuestas, no para un segundo disco, sino algunos sencillos que quiero experimentar con algunos productores y unos sonidos.
¿Con quién te gustaría hace algún dueto?
Son muchos (sonríe), me encantaría con Celine Dion, a quien yo he admirado desde muy pequeña, hasta grandes como Jhon Meyer o Ed Sheeran, que me encanta. Alejandro Sanz, pero no importa quién sea; definitivamente es algo que quiero hacer, porque uno crece mucho.
¿Qué escuchas en tus tiempos libres?
Oigo de todo la verdad, trato de no cerrarme, paso de oír jazz un día, hasta algo electrónico para subirme el ánimo. Para hacer ejercicio a veces me gusta escuchar reggaetón por el beat que lleva. Salsa en alguna fiesta, escucho un poco de todo.
¿Qué haces en tus tiempos libres?
Aparte de pasar tiempo con mi piano y mi guitarra, me gusta compartir con mi familia, con mis amigos, me gusta viajar, aunque sea a la esquina. Me gusta hacer ejercicio y me encanta leer y escribir.
Probablemente un tema tabú, pero se dice que “la mujer vende si enseña”, ¿Qué piensas de esa frase?
Totalmente en contra de eso. Uno hace música y la música es la que debe vender. Entiendo que ese pensamiento está muy arraigado, especialmente en los latinos. Muchos tienen la idea de que cuanto más se muestre más se vende; sea cual sea la profesión, cantante, actriz o modelo. Pero el punto es como está llamando uno la atención. A mí me gusta la idea de tener seguidores fieles, que gusten de mi música, que si haces un concierto pequeño, te van a seguir porque en realidad siguen tu arte.
¿Tiene el mismo éxito alguien que se queda dentro del país en comparación con alguien que busca hacer su carrera fuera?
Lamentablemente no, todo incluida la música funciona con networking. Además la industria de la música acá en el país, está muy poco desarrollada.
¿Estás de novia?
¡Si! (ríe), 7 años, Ricardo se llama. Él es guatemalteco, vive en Panamá, es un emprendedor; yo estoy muy agradecida con Dios por ponerlo en mi camino, creo que hacemos un equipo. Muchas de las cosas las he logrado porque lo tengo allí apoyándome. Se involucra mucho, mi carrera ha pasado a ser un proyecto de los dos. Lo admiro mucho como persona.
Versus Tecnológico