FORO TECNOLÓGICO

Revolución digital: el usuario es el centro

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Nativos digitales como Twitter o Google; empresas en pleno proceso de cambio, como Sanitas, Amadeus o Siemens, y startups de nuevo cuño son las protagonistas de este foro.   David Alandete, director adjunto de El País, lo resumió en la bienvenida al evento en una frase: «La transformación digital no es un problema, es una gran oportunidad».

Educación. Salud. Cultura. Política. Economía. Nada será lo mismo tras la transformación digital. Nada lo es ya. Políticos, empresarios, emprendedores, educadores, pensadores, gurús… Todos están obligados a repensar la sociedad, los mercados que la alimentan y las instituciones que las rigen con un cambio de paradigma que marca el pulso del siglo XXI: la transformación digital. Y todos están de acuerdo en que el gran cambio, el centro de ese universo ya no son las empresas e instituciones sino el ciudadano, o mejor, el espectador, el lector, el cliente de banca o energía, el alumno. La revolución digital ha dado todo el poder al usuario.

 

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El usuario y las finanzas

 

El centro es el cliente. Y no un cliente individual, etéreo, imaginario. El centro es un cliente con cientos de miles, millones, de nombres y apellidos. A través del big data, la banca quiere adaptarse a las necesidades concretas de cada cliente, como se manifestó en la mesa dedicada a la transformación de banca y finanzas. «La tecnología singulariza las necesidades del cliente y facilita satisfacerlas. La tecnología es humanizable y debe ofrecer la experiencia más grata posible», explica Fernando Cabello-Astolfi, fundador y CEO de la startup Aplázame.

 

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El usuario y la prevención en la salud

 

“La mejor innovación es nuestro cerebro. La clave es ser capaces de usar y combinar las buenísimas bases de datos que tenemos para mejorar la prevención. Porque la salud no está en los hospitales. En los hospitales nos curamos, pero lo que queremos es no enfermar”, asevera María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud.

La salud del futuro se mide en términos de dentro y fuera. Dentro y fuera del cuerpo humano. “Un 25% de las muertes se producen por la mala calidad del aire. La innovación que permita energías más limpias son también tecnologías de la salud”, argumenta Neira. El dentro del cuerpo humano es el genoma, fulcro que junto al big data puede revolucionar la prevención. “Cada persona puede tener todo el genoma de su familia en un giga. Hasta hace poco, para tratar un cáncer o decirle a una madre si su feto tenía una malformación, solo se podía optar por un tratamiento invasivo. Ahora y en el futuro, la genética permitirá adelantarnos a la enfermedad”, afirma Juan Cruz Cigudosa, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y cofundador de la startup NIM Genetics.

 

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El usuario y el ambiente

 

Las claves para cumplir los acuerdos de París contra el cambio climático existen ya en el presente. Con nombres propios. “Smart grids, tecnologías renovables, coche totalmente eléctrico. Las piezas ya las tenemos”, aseveró, tajante, Luis Abril, director global de Energía, Industria y Consumo de Indra.

Se fraguaron términos pegadizos para resumir brevemente el desafío. “Descarbonización de la economía” es el que usó Agustín Delgado, director de Innovación, Sostenibilidad y Calidad de Iberdrola. El acuerdo de París es un portazo a la economía basada en el petróleo y por lo tanto una obligación de reinventar el transporte. Pero, de nuevo, no se estaba hablando de una solución futurible, sino de presente palpable. “Repasemos algunos datos sobre el Tesla, el automóvil eléctrico de Elon Musk. Velocidad punta, 250 kilómetros por hora. Aceleración, de cero a 100 en cuatro segundos. Y aún más importante: autonomía de 500 kilómetros, carga del 50% de la batería en 20-30 minutos”. La tecnología, en efecto, ya está aquí.

 

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El usuario y el periodismo

 

Los medios tecnológicos se convierten en fines con un único denominador común: el usuario y lo que pide. “Es el cambio de modelo entre la televisión en abierto y la televisión, como yo la llamo, premium. En la primera te debías a tus anunciantes a los que les ofrecías grandes audiencias. En la nueva televisión te debes al telespectador, tanto a los de grandes números como a los de nicho”, explicó Alex Martínez Roig, director de contenidos de Movistar+. Para ganar esta batalla, los datos juegan de nuevo un papel fundamental: “Son nuestro pilar número uno. Nos informan de una manera muy precisa sobre las audiencias”, apuntó Fernández.

Pero la solución para los medios pasa también por la actitud. Así lo cree al menos Madhav Chinnappa, que cambió el periodismo en la BBC por el puesto de jefe de Relaciones Estratégicas, Noticias y Editores de Google. “Algo que me chocó y para bien de trabajar en una tecnológica es cómo se abraza el fracaso. En los medios de comunicación nos paraliza el miedo a equivocarnos, hasta el punto de asumir menos riesgos. Sin embargo, necesitamos arriesgar. De hecho, el post mórtem que se hace en Google de cada fracaso no es para buscar culpables, sino para que descubrir qué ha ocurrido y aprender de ello”.

 

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