SÚPER PROCESADORES

ARM le sigue comiendo el mercado a Intel

ARM le sigue comiendo el mercado a Intel

La empresa británica ARM Holdings, que fue adquirida recientemente por la empresa japonesa de telecomunicaciones e internet SoftBank, ha anunciado un nuevo tipo de arquitectura de chip para la computación de alto rendimiento.

Los nuevos diseños emplean lo que se conoce como procesamiento de vectores para trabajar con grandes cantidades de datos de forma simultánea, lo que hace que resulten adecuados para aplicaciones como la computación financiera y científica.

Esta no es la primera asociación de ARM con los superordenadores. Este año, Fujitsu anunció que tiene planes de construir un sucesor al superordenador del Proyecto K, que está alojado en el Instituto Riken para la Ciencia Computacional Avanzada, con chips de ARM. De hecho, se ha anunciado esta semana que la nueva máquina Post-K será la primera en licenciar la recién anunciada arquitectura de ARM.

ARM se ha ganado la reputación de construir procesadores famosos por su eficiencia energética. Esto los ha convertido en los procesadores ideales para los dispositivos móviles, pues permiten alargar la vida útil de las batería en smartphones y tabletas. Entre las empresas que licencian los diseños de ARM están Apple, Qualcomm y Nvidia. Pero los chips energéticamente eficientes también generan menos calor y consumen menos energía, dos atributos muy atractivos para aplicaciones de procesamiento a gran escala como los superordenadores.

 

 

A Intel le preocupará la compra. El que en el pasado fuera el principal fabricante de chips, se quedó observando cómo zarpaba el barco de los chips para dispositivos móviles, lo que permitió a ARM hacerse con el dominio del sector.

Hasta hace poco, Intel se había mantenido como uno de los actores principales en el ámbito de los superordenadores. Ahora, el superordenador más rápido del mundo ha sido construido con chips hechos en China, y está claro que ARM tiene planes de intentar igualarle en este campo también.

Aunque aún hay que ver cuánto éxito tendrán los superordenadores alimentados por ARM. La primera gran prueba se producirá cuando se encienda la máquina Post-K de Fujitsu, algo que se espera que suceda en 2020. Mientras tanto, Intel no les quitará ojo.

 

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