Un 87 por ciento de los guatemaltecos que participaron en un experimento social efectuado por Movistar, demostró su honestidad al devolver el celular que encontró en un lugar público, tal y como lo destaca la novedosa campaña de la compañía, que refleja que hay una base moral de valores que impulsa la actuación social de los guatemaltecos en las situaciones más inesperadas que les toca vivir.
“La respuesta ante las reacciones espontáneas de las personas nos hizo reflexionar acerca de las percepciones que muchos tenemos acerca de nosotros mismos, pues la realidad demostró que los guatemaltecos son más honestos de lo que ellos creen, porque hay valores y principios familiares, morales y culturales que les mueven cada día a ser mejores. La grandeza de un país se edifica sobre la honestidad de su pueblo”, sostiene Humberto Pato-Vinuesa, Director País de Telefónica.

Para averiguar la opinión de los guatemaltecos, se difundió un video por los medios en sus redes sociales en el que explicaba el experimento realizado con los 100 celulares abandonados, el cual concluía con la pregunta: ¿Cuántas personas crees que lo devolvieron? Y para sorpresa del estudio, de los más de 300 mil internautas que vieron el video de forma viral, la mayoría consideraba que no más allá del 47 por ciento de las personas lo habrían devuelto, cuando en realidad fue el 87 por ciento. Los guatemaltecos son mucho más honestos de lo que piensan.
[VIDEO] @Tigo_GT , @claroguatemala y @MovistarGuate ¿Quién dice la verdad? https://t.co/ft36CAxpRk vía @GTMTecno pic.twitter.com/d1s5cOU050
— GTM Tecno (@GTMTecno) August 24, 2016
Por eso, esta campaña es un tributo a la honestidad y la transparencia de miles de guatemaltecos que creen que un mejor mañana es posible. “Es a ellos, a quienes Movistar dedica este homenaje de respeto, aprecio y admiración, y por los que estamos seguros harán la diferencia en nuestra sociedad, tan necesitada de buenos ejemplos de vida. En Movistar apoyamos la honestidad porque queremos una Guatemala mejor”, concluye Pato-Vinuesa.

Esas personas honestas, que son ciudadanos normales y poco conocidos, pero con buena voluntad y rectitud de intención, constituyen unos embajadores del cambio.