China era el mercado en el que según Samsung sus Note 7 eran seguros, ya que las baterías utilizadas eran diferentes a las empleadas en el resto de unidades repartidas por el mundo. Todo estaría bien por aquí si no fuera porque uno de esos modelos “seguros” acaba de explotarle a Hu Renjie, un chico chino de 25 años que compró el teléfono este pasado fin de semana.
Según Hu, el teléfono explotó mientras se cargaba, causándole leves quemaduras en dos de sus dedos y provocando daños en su MacBook Pro. Un portavoz de Samsung ya se ha puesto en contacto con el afectado e incluso lo ha visitado para requisar su teléfono y practicarle la “autopsia”, aunque Hu se ha negado a entregarlo. La razón de este rechazo, según explica, es porque no confía en que la compañía coreana revele la razón real de la explosión.
Samsung no ha emitido ningún comunicado oficial al respecto todavía (aunque sí ha confirmado estar investigando lo sucedido).
La semana pasada otro Samsung Galaxy Note 7 explotó en China. Entonces se concluyó que el accidente había sido provocado por una fuente de calor externa y no por un fallo de hardware, de forma que el suceso no trascendió mucho más.
Evidentemente esta nueva explosión vuelve a poner en el punto de mira a la compañía, sembrando la duda sobre los nuevos modelos que reemplazarán a los Note 7 defectuosos.