Aunque mucha gente siga considerando a Guatemala un país libre de cibercrimen, alegando que los Hackers no se interesan en el país, la realidad marca totalmente lo contrario y el Phishing es una de las modalidades más comunes y peligrosas con la que nos podemos tomar si no somos precavidos.
El término phishing proviene de la palabra inglesa «fishing» (pesca), haciendo alusión al intento de hacer que los usuarios «muerdan el anzuelo«. A quien lo practica se le llama phisher. También se dice que el término phishing es la contracción de password harvesting fishing (cosecha y pesca de contraseñas), aunque esto probablemente es un acrónimo retroactivo, dado que la escritura ph es comúnmente utilizada por hackers para sustituir la f, como raíz de la antigua forma de hacking telefónico conocida como phreaking.
El estafador se vale de técnicas de ingeniería social, haciéndose pasar por una persona o empresa de confianza en una aparente comunicación oficial electrónica, por lo general un correo electrónico, o algún sistema de mensajería instantánea, redes sociales SMS/MMS, a raíz de un malware o incluso utilizando también llamadas telefónicas.
Distinguir un mensaje de phishing de otro legítimo puede no resultar fácil para un usuario que haya recibido un correo de tales características, especialmente cuando es efectivamente cliente de la entidad financiera de la que supuestamente proviene el mensaje.
El campo De: del mensaje muestra una dirección de la compañía en cuestión. No obstante, es sencillo para el estafador modificar la dirección de origen que se muestra en cualquier cliente de correo.
El mensaje de correo electrónico presenta logotipos o imágenes que han sido recogidas del sitio web real al que el mensaje fraudulento hace referencia.
El enlace que se muestra parece apuntar al sitio web original de la compañía, pero en realidad lleva a una página web fraudulenta, en la que se solicitarán datos de usuarios, contraseñas, etc.
Normalmente estos mensajes de correo electrónico presentan errores gramaticales o palabras cambiadas, que no son usuales en las comunicaciones de la entidad por la que se están intentando hacer pasar.
Consejos para protegerse del phishing
- La regla de oro, nunca le entregue sus datos por correo electrónico. Las empresas y bancos jamás le solicitaran sus datos financieros o de sus tarjetas de crédito por correo.
- Si duda de la veracidad del correo electrónico, jamás haga clic en un link incluido en el mismo.
- Si aún desea ingresar, no haga clic en el enlace. Escriba la dirección en la barra de su navegador.
- Si aún duda de su veracidad, llame o concurra a su banco y verifique los hechos.
- Si recibe un email de este tipo de phishing, ignórelo y jamás lo responda.
- Compruebe que la página web en la que ha entrado es una dirección segura ha de empezar con https:// y un pequeño candado cerrado debe aparecer en la barra de estado de nuestro navegador.
- Cerciórese de siempre escribir correctamente la dirección del sitio web que desea visitar ya que existen cientos de intentos de engaños de las páginas más populares con solo una o dos letras de diferencia.
- Si sospecha que fue víctima del Phishing, cambie inmediatamente todas sus contraseñas y póngase en contacto con la empresa o entidad financiera para informarles.
Todos los usuarios del correo electrónico corremos el riesgo de ser víctimas de estos intentos de ataques. Cualquier dirección pública en Internet (que haya sido utilizada en foros, grupos de noticias o en algún sitio web) será más susceptible de ser víctima de un ataque debido a los spiders que rastrean la red en busca de direcciones válidas de correo electrónico. Éste es el motivo de que exista este tipo de malware. Es realmente barato el realizar un ataque de este tipo y los beneficios obtenidos son cuantiosos con tan sólo un pequeñísimo porcentaje de éxito.