La migración hacia zonas urbanas está creciendo en todo el mundo, y se espera que para 2050, el 65 por ciento de la población viva en ciudades. Este incremento tiene repercusión en la cantidad de edificios que se construyen para albergar a las personas y para 2025, se estima que estas edificaciones representen el 13 por ciento del stock global. A este dato se debe agregar que son, precisamente, los edificios los mayores consumidores de energía, otra cifra que también va en aumento y se espera crezca en un 80 por ciento para 2040. Este panorama plantea la necesidad de integrar sistemas digitales como BMS (Building Management Sytemas) a las edificaciones que permitan mejorar su eficiencia y contar con el personal capacitado para llevar a cabo el proceso.
El reto de optimizar el manejo de las ciudades parece tener su respuesta en la tecnología y el aprovechamiento que se haga de ella. En el marco del Sexto Congreso Internacional de Ciudades Sostenibles Costa Rica 2019, la Category Marketing Manager – BMS/KNX para América Latina de Schneider Electric, Patricia Sens Lombardi afirmó que «la digitalización presenta grandes oportunidades para hacer frente a la creciente necesidad de confort de la población urbana y nos provee de herramientas para lograr que los edificios sean más atractivos, eficientes, sustentables y simples en su interacción con las personas que los habitan».
El éxito de la digitalización recae, en gran parte, en el personal capacitado para llevar a cabo el proceso.
Esta relación de confort se asocia, directamente, con la productividad de las personas en espacios laborales o de estudio. Se ha determinado, por ejemplo, que con mejor ventilación la productividad se incrementa en un 11 por ciento. La comodidad también se relaciona con la satisfacción y seguridad que ofrecen los complejos habitacionales o turísticos, entre otros, a sus inquilinos al tener un manejo adecuado de la temperatura de los espacios, control de la seguridad a través de vigilancia o con el adecuado manejo del sistema contra incendios.
Si abordamos el tema de la optimización de costos, la automatización incrementa la rentabilidad del inmueble, ya que mejora su eficiencia operacional, ofreciendo un 20 por ciento de ahorro por año en mantenimiento. Y es que el análisis de los datos generados con la automatización permite hacer trabajo preventivo y predictivo.
Respecto a sostenibilidad, los edificios tienen el mayor potencial de eficiencia energética sin explotar (82 por ciento), y con la automatización pueden alcanzar entre un 30 a 50 por ciento de eficiencia energética.
El valor del recurso humano capacitado
En 2014, habían 1.7 billones de dispositivos conectados en edificios y se estima que para 2020, esta cifra se multiplique por un poco más de tres, hasta alcanzar los 5.5 billones. Ya no sólo estarán conectados el sistema de iluminación y aire acondicionado, sino que en las oficinas los escritorios permitirán generar data de utilidad a través del IoT o los botes de basura en los edificios de apartamentos. Las posibilidades parecen ser ilimitadas.
Bajo este panorama, el éxito de la digitalización no dependerá exclusivamente del BMS, sino también de la capacitación que tenga la persona que lo va a operar.
Patricia Sens Lombardi explica que la madurez de los BMS en los edificios de América Latina es muy baja ya que solo el 2 por ciento de los inmuebles que cuentan con este sistema, logran el alto desempeño a través del análisis de datos. Además, únicamente, el 20 por ciento de operadores utilizan el 80 por ciento de la capacidad del BMS y cerca del 50 por ciento están preocupados por la falta de recursos y aumento de cargas de trabajo.
«Para obtener los beneficios y aprovechar toda la potencia de sus BMS, los operadores de edificios necesitan capacitación significativa, conocimiento profundo de sus instalaciones y herramientas adicionales para agregar y entender el creciente volumen de datos de manera oportuna», explicó Sens Lombardi.
La especialista de Schneider Electric añadió que, para facilitar en desempeño de los operadores, las empresas que ofrecen soluciones de automatización deben acompañar la venta con capacitación y con la creación de sistemas más amigables que permitan la comprensión de los diversos estadios que comprende el BMS.
Para alcanzar el mayor grado de inteligencia del BMS, los operadores deben poder hacer una correcta lectura de los tableros que les facilitan los datos y reportes, para luego pasar a analizarlos y así generar evaluaciones, detectar temas a solucionar y diagnosticar fallas. Finalmente, se alcanza el proceso de optimización que permite el autoaprendizaje, maximiza el retorno de inversión del activo y las futuras inversiones y el ahorro energético entre otros.