Construir una empresa inteligente se ha convertido en una de las prioridades de negocio más importantes para las empresas y a esto se suman los retos inherentes a la nueva economía digital. Sin embargo, la gran pregunta es, ¿cómo lograrlo y cuáles son los aspectos determinantes para hacerlo?
Bajo la realidad actual, es inminente que todos los actores de los diferentes sectores e industrias se alineen en el camino hacia una transformación; desarrollo en las organizaciones, evolución de los gobiernos, así como de sus políticas, y un crecimiento sostenible de las economías, soportados en las herramientas tecnológicas que hoy existen y que día a día evolucionan dramáticamente. La información está dando paso a una nueva economía donde su rol es central y determinará el futuro de estas.
Adicionalmente, vivimos en un mundo donde los recursos son limitados y surge la necesidad de que las compañías administren de manera ‘inteligente’, por medio de intercambio o producción, los escasos bienes para protegerlos y hacer un uso adecuado de estos.
De igual forma, con la llegada de tecnologías como el internet de las cosas, servicios en la nube, big data, las aplicaciones móviles, inteligencia artificial o blockchain, la manera como las personas conviven con las marcas está cambiando de manera significativa y, por ende, la forma como las grandes industrias deben comportarse.
Actualmente las compañías tienen a la mano herramientas de vanguardia en síntesis y proyección de datos; no advertir lo que puede pasar a largo plazo suena, hoy, como una excusa.
Como individuos, a diario compartimos invaluable información a través de diferentes plataformas —como las redes sociales— y, directa o indirectamente, alimentamos las bases de datos de aquellos con interés de conocer nuestra actividad. De cierta manera, nuestro comportamiento y/o preferencias, pueden llegar a ser pronosticadas por quienes se encargan de interpretar tantas referencias cuantitativas.
De una forma similar, la mayoría de las empresas de diversos sectores, recopilan gran cantidad de datos respecto a sus elementos clave (a saber: clientes, empleados, productos y marcas) con fines corporativos mucho más estratégicos. Para este grupo no hay espacio para la inexactitud, pues cada resolución errada puede tener un gran costo.
“Las empresas inteligentes son las que comprenden cómo capitalizar el volumen de datos transformándolos en información valiosa. Y saber cómo invertir los activos del negocio, lograr agilidad, foco y visibilidad de alto impacto para la compañía” comento Andrea Machuca, Directora Comercial SAP Centroamérica.
Las empresas hacen uso de, herramientas para realizar análisis predictivos con un mínimo margen de error y así poder optimizar sus gastos y ser más exitosos en el mercado.